Del maíz a la artesanía

*En la tierra del maíz, donde las hojas de “totomoxtle” tienen un uso naturalmente gastronómico, los artesanos de Españita lograron convertirlas en piezas únicas, teñidas de tradición y color

Nayeli Vélez

Españita, Tlax.- La creación de estas artesanías es un oficio que las manos expertas de hombres y mujeres han perfeccionado con el tiempo.

Cada una de las piezas cuenta una historia de tradición y evolución, uniendo el pasado con el presente en una manifestación artística única. Lo que antes era alimento y remedio, hoy es arte que da vida y color a la cultura a un pequeño rincón de Tlaxcala llamado Españita.

Para las manos artesanales que radican en el pequeño municipio, las hojas del maíz, conocidas también como ‘totomoxtle’, son la materia prima para crear figurillas multicolor que retratan escenas de la vida cotidiana.

El totomoxtle es un término náhuatl que hace referencia a las hojas secas y flexibles del maíz. Estas hojas, que normalmente se descartan después de la cosecha, se han convertido en un valioso recurso para los artesanos, que han aprendido a aprovechar su belleza y versatilidad.

Llenas de color, creatividad y sencillez, en estas figuras artesanales encontramos personajes folklóricos con vestimentas y accesorios autóctonos; en el tema religioso: vírgenes, ángeles, cruces y ramos de novia; muñecas, animales, alebrijes, catrinas, flores, frutas, canastos; para la época navideña: coronas, nacimientos, esferas, entre otros.

Aunque el totomoxtle es un material maleable y fácil de trabajar, su manejo requiere destreza y técnica, como lo destacan quienes se dedican a esta labor.

Cada mazorca proporciona entre 8 y 10 hojas de maíz, las cuales deben sumergirse en agua para hacerlas más flexibles antes de ser moldeadas y teñidas. En este proceso, se emplean pinturas a base de agua o pigmentos vegetales. En el pasado, se preservaba el color natural de la hoja, pero con el tiempo, para realzar la belleza de cada pieza, se comenzaron a aplicar tintes como la anilina.

El primer paso consiste en seleccionar cuidadosamente las mejores hojas, una tarea esencial que puede llevar hasta seis días. Se buscan aquellas que sean lisas, blancas y con el menor número de imperfecciones posibles, pues esto influye en la calidad del producto final. Finalmente, se aplica el “porcelanizado”, una técnica que mantiene intactas las piezas, las protege de la humedad y de posibles plagas, asegurando su durabilidad.

Lo que en tiempo pasado era ingrediente esencial para toda clase de preparaciones, como los tamales o un envoltorio natural para platillos variados, hoy, en las manos de los artesanos de Españita, el totomoxtle ha encontrado un nuevo propósito.

Compartir: